Testimoni de l'Estibaliz, voluntària a l'hort

Empecé el trabajo en el huerto como parte de un trabajo artístico para una tesina. El tema era " El vínculo vital con la Tierra". Anteriormente había hecho trabajos en naturaleza silvestre pero nada relacionado con un tipo de naturaleza más próxima, más cotidiana.

Lo que más ha cambiado desde que estoy en el huerto es mi forma de ver la comida. Antes si tenía cierta “conciencia” ecológica, pero de alguna manera los alimentos eran como objetos , objetos de consumo ( y los “bio” eran de mejor calidad ).

Nunca había visto de cerca las plantas de las que salen las hortalizas del “super”. Resultaron ser muy diferentes de cómo me las imaginaba. Algunas tenían flores realmente bonitas, otras parecían pequeñas esculturas orgánicas, otras recordaban a plantas de una época prehistórica... Pude ver cómo se desarrollaban, cómo dependían de la luna, del calor, de las horas de sol… Mirándolas de cerca y aunque las había visto muchas veces en mi plato, las texturas de las hojas de algunas de ellas se me antojaban piel, las ramificaciones de los vasos venas, algo ahí dentro palpitaba, bullía... Empezaba a ver el esfuerzo de un ser vivo por adaptarse, crecer, por luchar a su manera y con una fuerza inusitada por la supervivencia. De alguna manera empecé a tener respeto por este tipo de vida, es un misterio esta energía que brota y me inquieta ver la ausencia de valor que tiene en nuestra cultura.

Cuando vuelvo en tren, después de una mañana en el huerto, en el trayecto todo me parece más sencillo, como si las cosas estuvieran bien como están. Entonces me parece haber encontrado ese vínculo vital con la Tierra: apreciar la Vida. "

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